Por: Jinre.
Hay que hacer muy fuerte esta cadena de solidaridad.
Nuestros hermanos de Cajamarca están pagando con sus muertos el derecho a ser escuchados. Es un precio demasiado alto.
Necesitan de nuestra solidaridad pues sus reclamos son sencillamente justos.
Por ello, es necesario contrarrestar la
visión miope y soberbia con que los grandes medios de comunicación de la
capital pretenden vendernos la noticia día a día.
Este problema no se reduce a “Santos” o
“Saavedra”, ni a un par de revoltosos con “apetitos electorales”. Esa
estrategia de desprestigio solo responde a querer hacer oídos sordos a
los verdaderos motivos que guían los reclamos de nuestros hermanos
cajamarquinos:
Que no se elimine o mate ninguna laguna;
que no se contaminen sus ríos, sus tierras. No quieren reemplazar sus
bellos recursos hídricos naturales a cambio de piscinas gigantes. El
problema en esencia y de fondo no son una o dos personas que son
utilizadas mediáticamente por la prensa y el gobierno.
Son nuestros miles de hermanos de
conducta honesta y condición sencilla quienes hoy están hartos de los
abusos de tantos años de una minería destructora y que ahora sólo desean
proteger su tierra, sus aguas limpias, sus hogares, sus bellas
campiñas, y con esos actos nobles, nos están dando hermosos ejemplos
de lo que significa amar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario