lunes, 20 de febrero de 2012

Huánuco... de León y Caballeros.

Tierra del gran Illa Túpac


Por: Jinre



 
Escudo de Armas de la Ciudad de Huánuco.

La actual capital de Huanuco lleva el mismo nombre del departamento y está ubicada a 1800 m.s.n.m.

Algunas teorías sostienen que el nombre de esta región proviene de la palabra Wanaku, en referencia al mamífero silvestre familia de las Llamas y Vicuñas que habrían habitado la zona antigua de “Huanuco Pampa” –pampa, lugar donde habitan los Wanakus- sin embargo, consideramos que hay mucho por seguir investigando al respecto.

La ciudad capital de esta región descansa en el conocido valle de Pillcomayu o Villcomayu, hoy, valle del río Huallaga, el mismo que transita un conjunto de pueblos donde se manifiesta un clima maravilloso que día a día cuenta con la infaltable presencia de un sol radiante y vientos refrescantes que soplan al comenzar cada tarde. Los Huanuqueños la llaman: La Ciudad del Mejor Clima del Mundo, o también, la Ciudad de la Verdadera Eterna Primavera; esto último, en clara contraposición a la ciudad de Trujillo en la costa norte del Perú. En honor a la verdad, no les falta razón, pues prácticamente no hay día en que el sol deje de salir en Huanuco, incluso, en épocas de lluvia o invierno serrano.

Pero la ubicación de la capital de Huanuco que hoy conocemos no siempre fue la misma. La primera y antigua ciudad principal (capital) estuvo ubicada en “Huanuco Pampa” o “Huanuco Viejo”, lugar en donde se forjó la nación de los Huanuco(s). Huanuco Pampa fue también, tras los vanos intentos de invasión y dominio por parte de los Yarowillcas -de quienes algunos estudios sostienen habrían venido desde la meseta del Collao- sería el lugar donde se constituiría la Confederación Huanuco-Yaro. Luego, como consecuencia de la expansión inca, pasaría ha convertirse en territorio de la Confederación Inca-Yaro; Huanuco Pampa se encuentra ubicada en lo que hoy es la provincia de Dos de Mayo, entre los 2,960 y 4,100 m.s.n.m.


El gran Illa Túpac

Illa Túpac, es sin duda uno de los personajes más importantes de la lucha librada contra la invasión hispánica en el antiguo Perú. Nacido en Huanuco Pampa o Huanuco Viejo, Illa Túpac fue heredero de la dinastía de los Hanan Cusco. Según refiere el cronista Huaman Poma, fue hijo del noble guerrero cusqueño “Illatupa”, quien era hermano de Túpac Yupanqui. Cuenta la historia que el noble inca “Illatupa” al acompañar las campañas militares de su hermano Túpac Yupanqui para consolidar la región del Chinchaysuyo, tuvo un hijo con una joven proveniente de la nobleza de Huanuco Pampa, de dicha unión, nació Illa Túpac, quien con el tiempo se convertiría en un notable guerrero vinculado al sector militar y también al bando civil-revolucionario descendiente de Pachakutek, y uno de los más encumbrados referentes de la lucha liberadora contra el colonialismo español.

Como la mayoría de los hijos provenientes de la élite cusqueña inca, Illa Túpac fue llevado al Cusco para recibir instrucción en las casas del saber (Yachayhuasi) en donde logra destacar por sus dotes de alumno sobresaliente y gran guerrero. Sin embargo, debido a su origen lejano y al no pertenecer su madre a la élite cusqueña, Illa Túpac no pudo tener acceso a puestos de relevancia dentro de la nobleza inca. Tiempo después, su vida transcurría apoyando sin descanso las luchas de liberación junto a otros combatientes dirigidos por Manco Inca.

Manco Inca y sus capitanes, entre ellos, Illa Túpac.
Ilustración de Guamán Poma.

Las innumerables insurrecciones regionales comandadas por Manco Inca, apoyadas incondicionalmente por Illa Túpac y otros guerreros notables, evidenciaron con el tiempo una falta de coordinación y consiguiente eficacia, a lo cual también se sumaron las disputas étnicas internas de aquel entonces. Consciente de esto, Illa Túpac decide retornar a su tierra de origen, Huanuco Pampa, desde donde asume el reto de continuar la lucha anti hispánica bajo su propia conducción, visión y experiencia guerrera acumulada. Desde aquel momento y prácticamente hasta el final de sus días, Illa Túpac se convertiría en el líder de la resistencia contra el dominio español en el Chinchaysuyo, librando exitosas batallas y asestando innumerables bajas a las fuerzas invasoras durante muchos años. La historia ubica a Illa Túpac como un guerrero táctico, estratégico, quien cuidaba de no presentar batalla abierta y total contra el enemigo, sino, a través de ataques sorpresivos, pero efectivos, teniendo en cuenta las condiciones logísticas y geográficas con que contaba; había puesto en práctica lo que con el transcurrir de tiempo se conocería con el nombre de guerra de guerrillas. Entre los años 1537 y 1545, combatió en las feroces y sangrientas batallas libradas contra los españoles, en las cuales Illa Túpac se mostró como líder y guía notable.

Refieren algunos estudios que Illa Túpac vivió hasta muy avanzada edad en las tierras que defendió infatigablemente, sin traicionar jamás sus sueños de liberación, logrando el respeto y reconocimiento de propios, como extraños. No obstante, hay quienes sostienen también que fue apresado en una batalla, pero que al poco tiempo logró escapar de su cautiverio, luego de lo cual se perdió su rastro.


Fundación española de Huanuco

Un hecho constante entre las fuerzas invasoras fue la disputa que existía entre los mismos españoles por ambición de mayores tierras, riqueza y poder. Por estos motivos, Almagristas y Pizarristas se vieron enfrentados en forma recurrente. A raíz de estos conflictos, en 1538 las tropas de Pizarro derrotan a los insurgentes almagristas en el Cusco y dan muerte a Diego de Almagro. Inmediatamente y de manera astuta, Francisco Pizarro ordena preparar expediciones militares a distintos lugares del Tawantinsuyo con el pretexto de imponer la autoridad española y poblar regiones alejadas, pero sobretodo, con el claro propósito de dividir los posibles actos de insurrección al interior de sus fuerzas.

En ese escenario, Pizarro envía desde el Cusco al capitán Alonso de Mercadillo en 1538 para dirigirse a la región de los Villcomayos, Panatahuas y Rupa Rupas, en lo que hoy conocemos como la región Huanuco. Sin embargo, dicha expedición fue objeto de la férrea resistencia y ataques realizados por parte de las guerrillas de Illa Túpac quien castigaría la conocida soberbia y crueldad de Mercadillo.

Ese mismo año, desde Lima, Alonso de Alvarado parte rumbo a Chachapoyas en busca de El Dorado, pero a su paso por Huánuco Pampa también es atacado por las fuerzas de Illa Túpac. Conocido esto, Pizarro envía más refuerzos, más no pudieron con las tácticas de Illa Túpac quien frenó por aquellos tiempos los planes Pizarristas de consolidar su gobierno en la región del Chinchaysuyo. Desesperado, Pizarro decide entonces repartir tierras a sus capitanes fieles y a los descontentos almagristas en zonas muy alejadas, entre ellas, la región de Huanuco Pampa, con el propósito de enfrentar en alguna medida a Illa Túpac. Es así que, siguiendo la ruta de Canta, Gómez de Alvarado y Contreras llega por fin a la región de Huanuco Pampa o Huanuco Viejo, e inmediatamente decide fundar dichas tierras bajo el nombre de “Ciudad de Huanuco”, hecho que ocurre el 15 de Agosto de 1539; en realidad, lo que se fundó en esta fecha, no fue la ciudad bajo la denominación de “León de Huanuco”, sino, un paraje bajo el nombre de Huanuco simplemente, ubicado realmente en la actual provincia de Dos de Mayo. Dicha fecha de fundación ha servido de referencia para que aún hasta nuestros días cada 15 de Agosto se celebre como día oficial la fundación de Huanuco en la actual capital ubicada en el valle del rio Huallaga.


Traslado de la capital al valle del rio Huallaga.

Luego de la fundación ocurrida en Huanuco Pampa o Huanuco Viejo por parte de Gómez de Alvarado y Contreras, los españoles comenzaron a manifestar un descontento generalizado por el frío clima del lugar y otras condiciones geográficas que consideraban adversas. Asimismo, tuvieron que soportar los constantes ataques realizados por parte de los hombres de Illa Túpac. A todo lo mencionado, también se sumó la indiferencia y negativa de los señores de Lima para reconocer con el rango de Ciudad a la región de Huanuco Pampa recientemente fundada. Resentido por tanta adversidad, Gómez de Alvarado y Contreras decidió abandonar su fundación y retornar a Lima. Luego de esta decisión, el capitán Pedro Barroso asume el encargo de buscar un nuevo lugar más apropiado para trasladar la ciudad que había sido fundada por Gómez de Alvarado; entre fines de 1539 e inicios de 1540, Pedro Barroso preside la retirada de Huanuco Pampa.

Región de Huánuco y sus provincias.

Al poco tiempo de emprender la salida, la comitiva de Pedro Barroso arribaría finalmente a un bellísimo paisaje de clima primaveral ubicado en el valle de Villcomayu o Pillcomayu –hoy río Huallaga-. Pedro Barroso decide entonces viajar a Lima con el propósito de solicitar permiso a Pizarro para la fundación de la nueva villa a la que también bautizarían con el nombre de Huanuco. Sus gestiones finalmente dan fruto y por órdenes expresas de Francisco Pizarro, Pedro Barroso es nombrado Teniente Gobernador y el 2 de Febrero de 1541 funda la nueva villa de Huanuco.

Ubicados los españoles ahora en el valle del Villcomayu, los ataques de Illa Túpac contra dicha ocupación nunca cesaron, recibiendo incluso el apoyo de los jefes de las naciones adyacentes de los villcocones y panatahuas. A estos enfrentamientos, también se sumaron los conflictos que cada vez eran más irreconciliables entre almagristas y pizarristas, lo cual desencadenó nuevamente el despoblamiento de la nueva villa de Huanuco.

Tiempo después, muerto Francisco Pizarro, y con un nueva autoridad representante de la corona española, el nuevo gobernador del Perú Cristóbal Vaca de Castro ordena una nueva fundación urbanística de Huanuco en el valle del Villcomayu, encargando la misma a Pedro Puelles, quien a pesar de las protestas de los ricos encomenderos de Lima, logra cumplir con el encargo y funda nuevamente dicho lugar repartiendo encomiendas el 2 de Febrero de 1543, ahora bajo la denominación y categoría de “Ciudad de León de Huanuco”. Es necesario precisar en este punto, que la nueva denominación: “León”, se realiza en reconocimiento al Reino de León de España, lugar de nacimiento del nuevo gobernador del Perú Cristóbal Vaca de Castro.


El Escudo de Armas de la ciudad de Huanuco

Cuenta la historia que fue Cristóbal Vaca de Castro quien concedió el Escudo de Armas a la ciudad de Huanuco. En dicho escudo se observa entre otras cosas, a un León rampante con corona –similar al que aparece en el Escudo de Armas del Reino de León de España – en el que se lee la frase: “León de Huánuco de los Caballeros”. Como hemos dicho, la denominación ”León” se realiza en reconocimiento al Reino de León en España, sin embargo, la denominación: “Caballeros”, obedeció al grado o título nobiliario que se otorgaba a los soldados o jefes españoles con ciertos méritos, esto, desde luego, en clara alusión a todos aquellos españoles que poblaron y realizaron la fundación española de la nueva ciudad de Huanuco.

Sumado a lo anteriormente descrito, el Escudo de Armas de Huanuco también posee otra característica que debemos resaltar. En dicho emblema, el León rampante aparece presionando con una de sus garras el pecho de un hombre vestido de soldado español, y con la otra garra, arrancándole una cadena del pecho. Es necesario precisar que el hombre vestido de soldado español que aparece en dicho Escudo, simboliza efectivamente a un español, pero, a un “soldado español traidor a la corona española”, quien se sublevó y retó a las fuerzas realistas.

Escudo de Armas de Huanuco creado por Cristóbal Vaca de Castro.

La historia registra que luego de aproximadamente diez años de la última edificación y fundación de la nueva ciudad de Huánuco por parte Pedro Puelles, un encomendero español de nombre Francisco Hernández Girón se sublevó en la ciudad del Cusco contra la autoridad española. Producto de este alzamiento y luego de arduas batallas, salieron a su encuentro un grupo de soldados españoles provenientes de Huanuco, conocidos como “los de Huanuco”, quienes lograron apresar y dar muerte al “traidor” en las tierras de Jauja. En reconocimiento por esta demostración de lealtad a la corona española por parte de “los de Huanuco”, el emperador Carlos V decidió otorgar a la ciudad el título de: “muy noble y muy leal”. Asimismo, ordenó que en el Escudo de Armas de Huanuco se añada la figura del soldado español insurrecto Francisco Hernández Girón, vestido de capitán español, pero sometido bajo una de las garras del León apretando su pecho, y con la otra, arrancándole la cadena que cuelga de su cuello, todo esto, en señal de supremacía de la corona española, en especial de los provenientes del Reino de León de España, como mensaje y advertencia ante otros posibles actos de insurrección.

Escudo del Reino de León de España.

Precisiones finales

Suele ocurrir con frecuencia que algunos hechos de nuestra historia no siempre han sido enfocados en su real contexto, generado que se mal interpreten los acontecimientos y dando lugar incluso a simbologías y orgullos poco comprendidos; a continuación puntualizaremos algunos que a nuestro criterio merecen atención:

Es muy notorio que la historia oficial del Perú no ha hecho lo suficiente para brindar el reconocimiento que merece el bravo guerrero nacido en Pampa Huanuco conocido como Illa Túpac, quien fue uno de los más importantes personajes en la lucha por la liberación de nuestros pueblos contra la invasión colonial española. Hoy en día, por ejemplo, es más común hablar de Huanuco como la tierra de “los caballeros de león”, que vincularla con orgullo a uno de sus mayores hijos y fieles defensores, el gran Illa Túpac.

La primera fundación de la ciudad de Huánuco ocurrida el 15 de Agosto de 1539, no se realizó en su actual capital ubicada en el valle del río Huallaga, sino, en un paraje conocido como Huanuco Pampa o Huanuco Viejo, ubicado en lo que hoy es la provincia de Dos de Mayo.

Hay que tener presente en estos tiempos, que denominar históricamente a la ciudad de Huanuco como “Ciudad de los Caballeros del León”, es hacer alusión a los españoles invasores que fueron fieles a la corona española, los mismos que combatían y perseguían a los antiguos huanuqueños peruanos quienes sí eran dueños originarios de estas tierras y lucharon junto al gran Illa Túpac.

No es cierto, como muchos creen, e incluso, sostienen, que la denominación de “León” está referida a la presencia del salvaje felino en dichas tierras y más precisamente en la selva de Huanuco, sino que, dicha representación fue para rendir culto y honor a los españoles invasores que generaron la fundación española de Huanuco, y en especial, al gobernador Cristóbal Vaca de Castro, pues este había nacido en el Reino de León de España.

Se debe precisar, que el soldado Capitán Español que aparece atrapado y dominado bajo la garra del León en el Escudo de Armas de Huanuco, no es precisamente un español fiel a la corona española, sino más bien, que se trata de un encomendero español quien se sublevó y rebeló contra el reino de España y contra las autoridades de la colonia. Es muy recurrente la equivocada creencia de que la figura del “León” representaría a los peruanos huanuqueños, y que este a su vez este estaría dominando y atrapando al invasor español bajo su garra; craso error.

Finalmente, indicar que la denominación: “muy noble y muy leal” otorgada a la ciudad de Huanuco, fue en verdad motivada por un reconocimiento a los soldados españoles fieles a la corona española, conocidos como “los de Huanuco”, quienes dieron muerte a Francisco Hernández Girón, y no significa de ninguna manera, un homenaje a los originarios peruanos huanuqueños que combatieron defendiendo sus tierras contra la invasión española.

Poseedora de una rica historia y de una belleza natural que transita incomparables valles, punas y selva, Huanuco es sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de las luchas por la liberación de nuestros pueblos, no sólo del Perú, sino también de américa, la misma que tuvo entre sus mayores íconos al gran Illa Túpac.

Sin embargo, no hay que olvidar también, que hoy en día Huanuco sigue siendo una de las regiones donde la exclusión y la pobreza, aún forman parte de su cruda realidad.

En ese sentido, consideramos que conocer nuestro pasado con la mayor claridad posible nos brindará las armas vitales para enfrentar el futuro con orgullo, dignidad e identificación necesaria, sobretodo, en un país como el nuestro en donde todavía es urgente consolidar lazos de unión y respeto a las diferencias. Por todo ello, es nuestro deber hacer posible un camino amplio por donde se abran nuevos tiempos para todos los Huanuqueños sin excepción. Es necesario entonces sumar para dicho propósito, todo lo que hoy conforma su rica herencia histórica: al Hombre de Lauricocha, a los Kotosh, Huanuco(s), Yarowilcas, Panatahuas, Incas, etc., sombreados por el espíritu del gran Illa túpac, e incluso, asimilar además a esta tarea la historia de los “caballeros de león”, pues hoy en día, la bella tierra de Huánuco es producto y síntesis de su amplia y profunda historia.




Fuentes:

1. Cieza de León, Pedro. Crónica del Perú. Ediciones Peisa S.A. 1993.

2. Domínguez Condezo,Víctor. Heroica Resistencia de la Cultura Andina. Lima. Editora Prensa Peruana. 1988.

3. Vidal Roldán, Roger – Chávez Ramos, Filomena. Illa Túpac “El Reino de Guanuco. Guerra Civil Inca y Resistencia a la Invasión Española Siglo XVI”. Huánuco. Gráfica “Kike”. 2010.

Otros enlaces:





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(*) En el desarrollo del presente ensayo y sólo con fines específicos se ha omitido tildar la palabra Huanuco como palabra esdrújula bajo las reglas del castellano, con la intensión de mantener la posible pronunciación originaria. Gratitud a July Sánchez Fuentes por las atingencias recibidas.
























viernes, 3 de febrero de 2012

La opinión de Iván Thays me indigesta




 
Por: Jinre.


No tengo nada en contra del Sr. Iván Thays, no me cae mal, ni nada de eso. Sólo considero que su opinión sobre la comida peruana tan difundida en los medios de comunicación me resulta, en sentido figurado, indigesta, pesada, inservible, por lo que siento que está demás darle tanta publicidad; repito, hablo de su opinión sobre la comida peruana.

Una vez más, me ha resultado toda una sorpresa notar cómo podemos darle tanta publicidad a algo que considero debiera ser tomado con tranquilidad y con absoluto sentido común, por más que los gustos de don Ivan Thays, no sean precisamente de sentido común.

En lo personal, me encanta, y vivo orgulloso de la comida peruana, tanto de la costa, sierra y selva; del norte, centro y sur, a nivel del mar y en las alturas. No miento, he tenido la suerte de conocer todas las regiones de mi país y me encanta nuestra comida. Sobretodo, cuando siento que descubro ese ‘no sé qué’ en algunas preparaciones, esos secretitos de estilo que hacen que uno sienta un elevado placer al saborear nuestros variados platos tradicionales. Cierto es que muchos de nuestros potajes que suelen ser muy deliciosos al paladar, pueden jugarnos una mala pasada si abusamos de sus bondades. Eso para nadie es un secreto. En lo personal -y estoy seguro que para millones de personas- trato siempre de estar preparado ante los retos que produce el placer de poder comer rico. Si estoy en Arequipa, por ejemplo, no dudaré en requerir como “asentativo” de sus deliciosos platillos un buen Anis Nájar que, como parte anexa de la culinaria arequipeña, siempre nos ha brindado la tranquilidad digestiva que necesitamos, acompañado de un respectivo “salud”; así por ejemplo, y según donde uno se encuentre, siempre nos caerá bien para asentar nuestros placeres, una rica infusión de Anís cosechado en ese pueblo bello ubicado en el departamento de Apurimac conocido como Curawasi; según la ocasión, una yerbita de Muña tibia proveniente de nuestras serranías, o un mate de nuestra sagrada y milenaria hoja de coca, con toda seguridad serán los cómplices perfectos para disfrutar sin problemas nuestros antojos, todo ello siempre y cuando nuestros bolsillos y las circunstancias así lo permitan. Por lo demás, los cuidados para nuestro organismo de comensales cotidianos, deben ser los que con toda seguridad tienen todos los habitantes del planeta cuando disfrutan un plato de su preferencia, eso para nadie es un secreto. Después de todo esto, debo decir, que espero no caer en un esbozo frívolo de este tema, pues siento también que hablar de tanta variada comida en un país como el nuestro, con serios problemas de alimentación en grandes capas de nuestra sociedad, siempre será una vergüenza imposible de digerir.

Ustedes se preguntarán: ,¿y qué tiene que ver don Iván Thays con todo esto?. Pues en realidad, considero que nada, motivo suficiente por el cual sostengo que se le ha dado más importancia y tribuna de la que en verdad ha merecido.

Si en lo personal me gusta y admiro la rica y variada comida peruana, no pretendo creer tampoco, ni engañarme, que nuestra cocina peruana sea del agrado de todos los peruanos de manera absoluta y sin restricción alguna. Jamás creería tamaña ingenuidad. Debería ser de sentido común, entender que no todos los peruanos compartimos el mismo gusto por nuestra comida. A ello podemos sumar que lametablemente no todos los peruanos se identifican con nuestras danzas, nuestra música tradicional, o con las historias de nuestras culturas. ¿Es que acaso a alguien se la ocurrido creer tamaña ingenuidad?. En el tema que nos convoca, el señor Iván Thays no es el único ser nacido en el Perú a quien no le gusta la comida peruana y nadie tiene por qué molestarse por eso, sobretodo si caemos además en cuenta, que el señor Thays no es la persona más autorizada para hablar de toda esta rica herencia cultural de conocimientos históricos y fenómenos económicos en los cuales reposa ese camino maravilloso e interminable de la cocina peruana. Si nuestra comida goza ahora de una fama notoria, es sin duda por la labor de quienes desde diferentes frentes han hecho posible que ella pueda estar al alcance de muchas personas y convertirse por obra de sus bondades en una de las referencias más importantes de quienes visitan nuestro país.

El problema que veo en las opiniones del señor Ivan Tahys, es que las encuentro “pasadas de revoluciones”, tocando asuntos que estoy seguro no se les ha pasado jamás por la cabeza a personas como la recordada Teresita Izquierdo cuando cocinaba sus delicias, o sin ir muy lejos, a mí vecina quien cocina muy rico, o la “mancha” de patas de mi barrio cuando nos reuníamos especialmente para ir a comer juntos ese inolvidable ceviche, o esa chanfainita en el recordado mercadito de nuestra cuadra.

A veces me ha dado la impresión que las ganas recónditas que tienen algunos personajes para ser reconocidos como “diferentes”, o “extraordinarios”, rebasan la sensatez y objetividad que merece la realidad de los hechos. Los deseos de hacer pública una opinión discordante, a contracorriente de la mayoría –pues qué duda cabe que a la mayoría de peruanos nos gusta nuestra comida – se vuelve a veces un vicio en ciertos círculos o sectores.

Tengo la certeza que somos muchos a los que cuando hablamos con orgullo de nuestra cocina peruana no se nos atraviesa por la cabeza ciertas disquisiciones fantasiosas de que nuestra comida sea en verdad un “símbolo patrio”. Que yo sepa, ese tipo de interpretaciones sólo son posibles en las metáforas literarias. A todo esto, tengo la impresión adicional que el tema en cuestión se le escapó de las manos al Sr. Iván Tahys y ahora no encuentra la forma de cómo darle término.

Hasta donde tengo conocimiento, nadie ha planteado dentro de una publicación periodística de carácter internacional absurdos tales como que la comida peruana es un “símbolo patrio recién parido”. A nadie, he leído cosas como que nuestra comida es ese “elemento marginador que exacerba el peor nacionalismo”. El señor Thays ha llegado a tal empacho de opiniones que termina diciendo que quienes critican su disgusto con la comida peruana “expresan un repudio y amedrentamiento verbal propio de las dictaduras militares fascistas o de los islamistas cuando atentan contra sus símbolos patrios o religiosos”. ¿Qué cosa?. Ya sin freno, parece vomitar don Iván cuando señala que “ningún peruano necesita de ese discurso facho-grastronómico para encontrar su identidad”. Conste, que estamos recogiendo sólo algunas declaraciones y escritos de don Iván Thays. ¿Es que acaso don Iván ha perdido también el buen gusto por la interpretación sensata de la realidad al punto que desliza la idea de que quienes critican su falta de aprecio por la comida peruana son casi unos fascistas?.

Que yo sepa, no he sabido de nadie que escriba cosas como que la comida peruana es un “símbolo patrio para alimentar nuestro patrioterismo de parroquia”. Al único que he leído aseverar cosas en ese sentido es a usted don Iván y creo que tal vez sea por esa forma que tienen ustedes los escritores de abrir metáforas para interpretar la realidad, pero claro, sin que ello signifique necesariamente que la realidad sea tal cual usted la ha querido interpretar. Lo más lamentable, es que ante las críticas recibidas por sus declaraciones, no he notado en usted esa tolerancia que tanto reclama a quienes lo critican. Me pregunto: ¿acaso una de las primeras lecciones que aprenden quienes abrazan el oficio de escribir, en especial aquellos que lo hacen a nivel internacional, no es saber que sus opiniones y artículos pueden ser objeto de criticas?, ¿acaso no es consciente que el someterse al escrutinio público debe merecer de su parte la mesura necesaria para no caer en exageraciones, o para decirlo en sus propias palabras, en la indigesta de calificativos que evidencian más una notoria pérdida de cordura y de límites del tema?. Creo sinceramente que las ganas de ser “diferente”, de ser un “a contracorriente”, pose que a veces gusta tanto asumir a algunos intelectuales, termina desnudando serias falencias de madurez y cordura de de estas personas, el tema termina por escapárseles de las manos y los muestra faltos de reflejos para afrontar con la inteligencia necesaria las consecuencias de sus opiniones. Creo que algo de eso es lo que le ha pasado y viene pasando a don Iván Thays en este tema, es lo que siento.

Quien escribe estas líneas a modo de reflexión, es un perfecto desconocido, y no pretende colgarse de algún tema en especial, o de un hombre conocido como usted don Iván para ganar alguna notoriedad, tan sólo he querido asumir mi derecho a dar mi apreciación personal al respecto, atreviéndome a escribir, imperfecto, sin estilo, sin el buen gusto que estoy seguro usted posee dentro de este oficio, aunque como repito, nada es absoluto.