sábado, 4 de junio de 2011

A pocas horas de la elecciones... esperanzado.

Por: Jinre

04.Jun.2011

Apreciados lectores, faltan pocas horas para las elecciones presidenciales y acudo a este espacio nuevamente con el único deseo de compartir lo que siento en estos momentos. Agradezco a quienes dispensen un poco de su tiempo para leerme:

Quiero antes que nada pedir disculpas a todos quienes en algún momento pudieron haber sentido que lo expuesto en mi pequeño blog no guardó la prudencia debida.

He meditado mucho sobre el actual momento y confieso haber aprendido que del mozaico de posiciones que surgieron en estas elecciones, todas sin excepción, me dejan una dosis de aleccionamiento para entender mejor nuestra sociedad, este nuestro hermoso país que habitamos.

Entre las muchas reflexiones, he pensado detenidamente si era válido o no que los medios de comunicación tomaran una posición parcializada con alguno de los candidatos -en este momento no pretendo valorar su conducta - y la verdad no he podido concluir que ello haya sido lo más correcto o justo, o como muchos dijeron, que estaban en su derecho. He caído en cuenta y por ello abrigo la esperanza, que los medios de comunicación necesitan un serio acto de contrición, pues sostengo que el encargo y deber que tienen para con nuestra sociedad es el de informar, informar con la mayor objetividad posible y evitar de este modo la conducta "interesada" que denigra el elevado concepto de "Libertad de Expresión", que siendo tan importante, decae lamentablemente en un enunciado hueco y manoseado por quienes se creen con derecho a guíar desde sus empresas el sentir de las personas. Así como tengo la esperanza indeclinable en una patría solidaria, justa, digna, culta, la cual aún estamos muy lejos de alcanzar, también creo que la función de la prensa debería llegar a esos umbrales de conducta honesta y comprometida sólo con la verdad, la misma que a la luz de los acontecimientos vividos, lamentablemente resulta aún muy lejana.

En estos últimos meses, he tratado de ser un trabajador constante de mi posición y he puesto mi mayor empeño en hacer entender las razones que guían mi desición, robándole tiempo al tiempo y al amor en otras. También he compartido artículos publicados por otros medios que he procurado tengan el requisito de lo demostrable y real, y he escrito otros prentendiendo la misma conducta, y aunque no tengo la virtud de ser un escritor a tiempo completo, confieso que esta pequeña práctica atrevida de mi parte me hace entender cada día más, que la breve intimidad inicial experimentada cuando uno empieza a escribir algo, luego se transforma en una masiva e incontrolable forma de multiplicarnos a través de lo que publicamos, la responabilidad por ello, es muy grande, pues sin imaginar, podemos influir en el sentir y orientación de una conducta; tamaña osadia y privilegio debería merecer nuestra reflexión constante a fin de evitar que nuestra posición hiera o haga daño a las personas. Quiero agradecer en este instante, a la única persona en quien siento que puedo confiar para saber si lo que pretendo publicar guarda la prudencia necesaria, - más no por eso una torpe levedad- para sentir que lo que me propongo comunicar guarda efectivamente una orientación certera y justa; a ella mi gratitud infinita.

Por otro lado, he descubierto la validez respetable del voto contrario al que guía mi desición. Por ello, creo en la sencillez de la confianza depositada, en la sensatez de los que desean confiar en alguién. Sin embargo, me reafirmo también en rechazar con el mayor rigor a aquellos que trafican o derrochan las escasas esperanzas que ahorra nuestra gente, sobretodo las de esas capas de nuestra sociedad cuya mayor riqueza es su vida sencilla. En ese sentido, me reafirmo en no dar paso a los que han hecho de la falsa sonrisa, de la alegría fingida, de los bailes indeseados y de los ademanes forzados, una careta para ocultar la verdad. Me reafirmo en rechazar a aquellos que se hacen llamar cristianos y no brindan el sitial debido al respeto por la vida. Me reafirmo en rechazar a quienes creen que la política es aquella conducta donde necesariamente tienes que comer sapos, culebras y lagartijas, y con mayor razón, a aquellas que no bastándoles habérselas comido, todavia le agregan mayonesa, chumichurri y ají para saborear la falsedad de sus discursos, tan sólo por el hecho de que el triunfo es lo que importa.

He decidido votar por Ollanta Humala. Sin embargo, no he realizado ni un sólo artículo para ensalzar su persona pues considero que la fuente de mis motivaciones se encuentran afirmadas en la negación inquebrantable de lo que considero es una afrenta contra la condición humana: el asesinato, la tortura, el robo descarado, el secuestro, la corrupción, la mentira institucionalizada, la incultura como arma de dominio.

Quienes han tenido la gentileza de leerme, también podrán haber caído en cuenta que nunca he adjetivado o he tratado de hacer daño a la persona de keiko Fujimori, ello no hubiese sido senzato. Creo que la verdad basta y los hechos saltan a la vista golpeándonos aún desde la breve distancia de los años trancurridos. Ellos me han bastando para afirmar mi posición y son los que han guiado mi accionar a travéz de esta pequeña tribuna. Junto a lo mencionado, sigo esperanzado en que nuestra patria continue creciendo, pero con dignidad, memoria y respeto al ser humano.

No desmerezco la esperanza sentida, reflexionada, más rechazo el tratar de minimizar la capacidad de indignación de algunos y creer que debemos premiar a quienes hiceron del privilegio de gobernarnos un festín para saciar sus apetitos personales.

Es muy intenso lo que siento en estos momentos, a los anhelos de una patria bella, también se suman y confunden los sentimientos emanados del corazón, el amor nos asalta reflexivo y nos golpea de cuando en cuando para afirmar lo que soñamos y no podemos cumplir con la oportundad deseada. Finalmente, todo suma, todo contribuye a templar el acero, como reza la frase de un libro que alguna vez leí. Todo hace posible esta integridad maravillosa que nos hace personas, seres que habitamos un tiempo y espacio determinado para que con nuestras decisiones podamos hacer posible el mundo que habitaremos en el mañana inmediato.

Deseo lo mejor para nuestra amada patria, por ello preciso, anhelo, que podamos asumir el futuro con una firme esperanza: que seamos cada vez más seres humanos y cada vez menos, una fría cifra estadística.

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