lunes, 23 de mayo de 2011

No son apodos de delincuentes, son los diarios creados por el Fujimorismo

lamula.pe
Por:  Jinre

“El Chato”, “El Mañanero”,  “El Chino”,  “La Chuchi,  “El Tío”,  “El Rocoto”,  “La Yuca”,  El Men”,  “Aja”  y otros más.

No, no son apodos o “chapas” arrancadas del mundo del hampa o los sobrenombres de algunos delincuentes avezados de una cárcel peruana, no, son los nombres de los diarios que conformaron la llamada “Prensa Basura” (mal llamada “prensa chicha”) que fue creada, financiada y “aceitada” con dinero robado a todos los peruanos por la Dictadura de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.

El papel de esta “prensa basura” era crear los llamados psicosociales, inventar noticias, hacer públicos los escándalos de la farándula y ponerlos en primera plana para distraer la atención sobre los robos, asesinatos y corrupción en las instituciones del Estado.  A ellos les debemos también la consolidación de la pauperización y retroceso del nivel intelectual de la prensa, la ausencia de moral y  ética en la profesión periodística, incluso hasta nuestros días.

A esta “prensa basura” puesta al servicio de la dictadura y la desinformación, también se sumaron la mayoría de los canales de televisión y estaciones de radio, quienes cobraban un promedio de dos mil dólares diarios (USA 2,000.00) por cada titular digitado desde la Salita del SIN, tal cual se pudo confirmar en los juicios realizados.

Toda esta realidad fue posible gracias a la pasividad y al silencio cómplice de  las mismas personas: políticos, asesores, ministros, empresarios, que hoy acompañan a Keiko Fujimori, quienes nunca denunciaron estos hechos y hoy pretenden ser nuevamente gobierno. Hoy mismo, vemos como una vez más un bloque importante de medios de comunicación cierran filas para favorecer la candidatura fujimorista asumiendo una posición sesgada y vergonzosamente parcializada, en un claro ejemplo del peligro al que estamos expuestos en nuestro país por la forma en que sería manejada la información y los asuntos de gobierno por parte de una prensa  adulona al régimen de turno, tal cual sucedió en la década de Fujimori y Montesinos. Hay muchos que todavía  no quieren aprender la lección. Estamos avisados.
Una y mil veces:  por dignidad, por memoria, por decencia, por amor a nuestra patria: No a Keiko.
No a los fujimoristas que denigraron a nuestra hermosa patria.
No al suicidio moral de nuestro país.

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