viernes, 21 de octubre de 2011

Cuando la oposición se obsesiona en desestabilizar un gobierno.


Por: Jinre.


En pocos meses, el Gobierno de Ollanta viene cumpliendo un conjunto de promesas que hizo en la campaña electoral.

Tal vez lo hayan olvidado, pero una de las primeras promesas cumplidas fue la conformación de un Gabinete Ministerial de ancha base que garantizara la estabilidad macroeconómica del país tan reclamada, en ese sentido, se nombró a un ministro de economía incuestionable y aceptado por la totalidad de los agentes económicos y se renovó la confianza al presidente del BCR para mantener una política monetaria prudente y sin interferencias, claro, nadie quiere ahora recordar ello. Posteriormente se concretó el incremento en su primera etapa del Ingreso Mínimo Vital. A esto le siguió la promulgación por unanimidad de la Ley de Consulta Previa a las Comunidades Nativas, seguidamente se logró imponer una mayor recaudación a las Sobre Ganancias Mineras lo que permite mayores ingresos al Estado, bandera que nadie levantó y que inclusive decían que no se podía, ahora se demuestra que hacía falta decisión y dignidad para hacerlo. Hace poco se materializó la aprobación del programa BECA 18 que también fue una de las promesas de campaña, dirigida a los jóvenes de altos rendimientos escolares pero de escasos recursos económicos que muchas veces se pierden en el camino por falta de apoyo y oportunidades. Beca 18 contará sólo para el año 2012 con un presupuesto de 135 Millones de Soles. Devida, después de tantos ataques, viene demostrado con sus recientes resultados que su política antidrogas ha logrado en menos de tres meses más incautaciones de droga que todo el año 2010. A todo esto, el día de hoy se materializará la creación del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social para llevar a cabo las políticas orientadas precisamente a los sectores más desfavorecidos del crecimiento económico. Alguien puede decir que nada de lo mencionado es cierto o no se viene cumpliendo?.

En menos de 3 meses, el actual gobierno viene cumpliendo lo que prometió: estabilidad económica, mayor recaudación e inclusión y aún falta mucho camino por recorrer para ver los resultados de dichas medidas. Hasta donde recordamos, ningún otro gobierno anterior cumplió en tan poco tiempo con sus primeras promesas de campaña, sin embargo, fiel a su costumbre de hacer política, ciertos sectores políticos tradicionales que ahora pretenden mostrarse como “moralizadores” y “héroes contra la corrupción” – defensores de Alan García actualmente en juicio y con petro-audios encima, y defensores de Alberto Fujimori, preso y condenado por asesino mediático y corrupto – pretenden descalificar como sea a cuanto funcionario es nombrado por el gobierno actual, incluso, sin darles oportunidad para que muestren su capacidad de gestión. Recordemos, primero fue Ricardo Soberón, luego, el embajador Rafael Roncagliolo, le siguió Susana Baca, luego Aída García Naranjo y hasta hace poco el Ministro del Interior ha tenido que acudir al Congreso por las medidas de reorganización de la Policía Nacional, institución que cuenta con más generales y coroneles que lo técnicamente permitido, cuando hacen falta más policías en las calles. Hasta cuándo?.

Es cierto que hay cosas que siempre merecerán ser investigadas y es bueno que se investiguen, pero también es bueno dar realce y reconocer como es debido los grandes logros y esfuerzos que ya viene realizando el actual gobierno.

No podemos sin embargo perder la perspectiva de las cosas y debemos reconocer que varios hechos no han sido manejados de la manera más prudente e inteligente posible, y ahí creo que a los funcionarios del actual gobierno les está faltando ese manejo atinado y sereno que demostraron en la campaña electoral, algo que fue reconocido incluso por sus opositores. Sin duda, el mediatismo y acoso de los medios les viene ganando la batalla, pues han mostrado desesperación y falta de serenidad para manejar las posibles denuncias de una prensa que demuestra cada día cómo será su accionar en los próximos cinco años.

En ese sentido, debo decir, por ejemplo, que la Ministra de la Mujer tuvo malos reflejos y desaciertos ante una tragedia como la de Cajamarca en la cual debió guardar serenidad e indicar que el caso debería de investigarse adecuadamente antes de arriesgarse a “patinar” adelantando posibles causas o responsables y mucho más cuando es lógico que ella no podía saber a ciencia cierta lo que había ocurrido. En este caso, cierto es también que ella no es culpable de esas muertes y mucho menos con poco más de 40 días en el cargo, algo que pretendieron endilgarle; García Naranjo, que duda cabe –y para quienes no lo saben- , es ejemplo de una persona luchadora en favor de los sectores más desprotegidos durante toda su vida, y sobre todo de las mujeres, nadie puede cuestionar ello, además de ser una profesional capaz y solidaria, cualquier opinión que pretenda desconocer ello peca de fanatismo y sólo apuntaría a mellar su honra, algo que desde luego no debemos permitir. A ella sólo le diríamos, sí nunca mostró la débil frivolidad de bailar en público, por qué diablos se le ocurrió hacerlo ahora?.

Por otro lado, es un acierto que los actos negativos que se han hecho público en relación a determinados congresistas elegidos hayan sido sometidos inmediatamente a las investigaciones del caso, y aunque son hechos que se suceden en cuanto gobierno anterior ha existido, también hay que poner en claro que ellos no involucran actos de gobierno. En ese sentido y muy por el contrario, en su caso, Gana Perú los está sometiendo a investigaciones y los ha separado del partido, pues constituyen faltas propias de sus antecedentes individuales, así que pretender levantar barro para echar la culpa de un posible delito individual a todo un Gobierno es una ligereza interesada, algo que debe tenerse muy presente.

Respecto del segundo vicepresidente Omar Chehade, sostengo que debe ser investigado, y en mi opinión, debería solicitársele su renuncia al cargo por el escándalo político generado más allá de que no haya existido delito consumado. Se trata de un Vicepresidente, no de un funcionario medio. Los reflectores del escándalo se posaron sobre él y hay que demostrar equilibrio en ese sentido, pues una de las banderas de lucha de este gobierno fue la de combatir la corrupción y los arreglos sobre la mesa y bajo la mesa, y en eso hay dar ejemplo sancionando a quienes no abrazan con cuidado dicha bandera o no la tienen presente como debieran.

En lo personal, sigo esperanzado en este gobierno pues siento que en lo elemental viene cumpliendo con sus promesas y en poco tiempo. No seamos mezquinos y reconozcámoslo, aunque sabido es que algunos medios se la pasarán haciendo lo imposible por atacarlo, pues al parecer no logran digerir que han perdido las elecciones; pareciera que para algunos sectores de la sociedad acostumbrados a las mentiras en política, la verdad de las promesas que va cumpliendo el gobierno del presidente Ollanta, les hiciera daño.

No creo equivocarme cuando pienso que en el fondo existen sectores que evidencian un temor no reconocido. Cual es, que el actual gobierno haga las cosas bien y vaya cumpliendo sus promesas como lo hemos detallado al comienzo de este artículo, miedo propio de una “oposición responsable”, que por lo visto, evidencia también mucho de mezquindad.

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