miércoles, 2 de julio de 2008

ALCUE, el discurso de Alan y la negación de nuestra historia.

Por: "Jinre" 


19.Jun.2008

Con toda seguridad, sólo soy uno de los muchos que hace algún tiempo decidió, con todo derecho, por respeto a la inteligencia y a la esperanza, no prestar atención a los "encantadores" discursos del egocentrista y gestor principal –junto a otros de igual mérito- de una de las más terribles etapas que el Perú ha sufrido en los últimos tiempos.

Sin embargo, por el sólo hecho de saber en qué se ocupa la "caja boba"– esa que Fujimori y Montesinos se encargaron de consagrarla como el espacio más banal y adormecedor de los últimos tiempos- me encontré de pronto atrapado en la circunstancia de observar y escuchar el tan esperado mensaje de inauguración de la cumbre del ALCUE. Sí, esa reunión de representantes de América, el Caribe y la Unión Europea que acaparó la atención de los grandes medios nacionales e internacionales; la que en su afiebrada tarea de rehabilitar pistas para que transiten las lujosas 4 x4 de las golosas comitivas amantes de los hoteles 5 estrellas, de los banquetes que avergüenzan hasta el vómito en un mundo con tantos abismos y que sólo conocieron el Perú que va desde la avenida Fawcett, pasando por la Av. Javier Prado, hasta las suites del Marriott Hotel, ignoró cruelmente una vez más nuestra realidad cotidiana al desplazar su atención y dejar de considerar, que con tamaño derroche, por ejemplo, pudieron construirse escuelas dignas, postas médicas para nuestros enfermos y por qué no, buenas comisarías para nuestros policías, sí, esos tan acostumbrados ya a meter palo a sus compatriotas –obreros, jubilados, enfermeros, profesores- todos provenientes del mismo estrato social que ellos.

En el inicio oficial de toda esa maquinaria millonaria, ocurrió un hecho que llamó mi atención en un par de aspectos que causaron una vez más mi indignación. La presente reflexión, sin pretensión de estilo periodístico y mucho menos intelectual, tiene como intensión ocuparse brevemente de algo que considero grave desde el punto de vista de la visión y conciencia que amerita nuestra realidad y sobretodo la de este lado del planeta; de ellas y prestando atención a los discursos expuestos, abrazos, sonrisas forzadas, fotos y firmas sobre fríos papeles hasta el cansancio del tan mencionado encuentro, confirmo una vez más que nuestro mundo sigue siendo ancho, pero hoy, más ajeno que nunca.

En una parte de su discurso inaugural del ALCUE, Alan García, presidente por segunda vez del Perú, pasándole algo más que la mano a los visitantes europeos, dijo lo siguiente:

"El mensaje que nos trae Europa es un mensaje de unión y valoramos profundamente que
después de tantos siglos de enfrentamiento racial, religioso, lingüístico, cultural, sea hoy
Europa la que enarbola la fuerza de la unidad que la ha convertido en una potencia,
mucho más fuerte por su inteligencia, su tecnología, su organización humana y su
justicia social, que por sus bombas o por su dinero."


Seguidamente y con su acostumbrada maraña de palabras, el anfitrión de turno pretende establecer un parangón entre los dos continentes y con su elocuencia discursiva, el gestor de los otrora balconazos infecundos del siglo pasado, cita e incluye en su discurso de bienvenida a todos los europeos, pero excluye de manera grosera a importantes sectores de invalorable trascendencia histórica y cultural de nuestra América, en su discurso comete el imperdonable acto tácito de exclusión - y por consiguiente negación -, de los idiomas y lenguas de los cientos de pueblos existentes en nuestro continente; tamaño atrevimiento no ha sido realizado en cualquier tribuna, fue en un encuentro transmitido a nivel mundial y cuesta trabajo pensar que no estuvo debidamente premeditado.

He aquí lo que dijo después Alan García:

"Y ese mensaje, estoy seguro, no caerá en terreno infértil y será una llamada de atención
a nosotros los sudamericanos. Ellos son 27 pueblos
- refiriéndose a los europeos -, tienen 23 idiomas, tienen 23 largas historias en miles de años; nosotros somos apenas 30 pueblos con 3 idiomas -queeé…? - y tenemos la misma historia, y hemos cumplido los mismos cometidos en apenas dos siglos de existencia – qué cosaaa…? -. Debimos ser nosotros los que nos uniéramos primero para darle a Europa ese mensaje y esa lección, pero hoy es al contrario"



O sea, para Alan Garcia y para la gente que piensa como él, en América sólo existen 3 idiomas, – seguro sólo concibe en su cabeza al castellano, el inglés y el portugués –. No, que va…!, para el señor Alan García, a quién nadie corrigió, no existen oficialmente el Guaraní, el Quechua, el Mapuche, el Aimara, el Muchiq, el Jaqaru, el Asháninka y tantos otros que constituyen componentes invalorables de nuestra rica diversidad cultural americana.

Pero ahí no acaba tamaño discurso segregacionista, a deducir por su disertación difundida a todo el mundo, para el señor Alan García nuestra realidad histórica americana sólo existe a partir de los inicios del año 1800 – décadas de lucha por la independencia – y expresa sin empacho delante de todos los presentes en la cumbre, que en América apenas tenemos dos siglos de existencia.

Vemos pues que aún en encuentros de esta índole, para personas como Alan García y sus aplaudidores de turno, no cuentan, no es necesario mencionar la rica historia de nuestras milenarias culturas que tanto han aportado con su conocimiento y su concepción del mundo a la historia de la humanidad, culturas de las cuales, demás está decirlo, deberíamos seguir sacando lecciones de vida, como el respeto al medio ambiente, al entorno geográfico, a la buena distribución y tratamiento de los recursos, la sabiduría en el manejo de la agricultura, al sentido colectivo de la vida, al disfrute de la belleza expresada en los trabajos artísticos plasmados en la música y las danzas, la cerámica, el grabado, la metalúrgica, la piedra, monumentos arquitectónicos, tejidos, etc. Para el siempre alabado orador Alan García y para los que lo avalan con su silencio, o ignorancia, sencillamente no existen, no cuentan las civilizaciones Maya, Inca, Tiahuanacu, Azteca, Chavín, Wari, Caral… para él y su discurso, reverenciado incluso por el español Rodríguez Zapatero y por cuantos asistieron y no asistieron a esta cumbre, hay que negar y omitir los miles de años de civilizaciones que nos han antecedido. Para Alan García sí es justo incluir y reconocer a los Pueblos Bárbaros de Europa cuando dice que en occidente tienen largas historias en miles de años, pero no es justo considerar el periodo correspondientes a las elevadas civilizaciones antiguas de esta parte del mundo, pues según él, nosotros contamos apenas con dos siglos de existencia, claro está, lo demás con toda su herencia no interesa.

qué pasó? ,

donde quedó la tan mentada cultura del "antiimperialista, revolucionario e indo americano" Alan García, tal como les gusta hacerse llamar a los apristas de larga data?. Vemos pues, que para estos discípulos de última hora del capitalismo y del libre mercado, en América sólo existen 3 idiomas y nuestra historia sólo cuenta con apenas 2 siglos de existencia.

Y los medios de comunicación, ons'tán?, y su sentido crítico tan mentado?. Ons'tan esos periodistas acuciosos tan conocidos?, será que no vieron ni sintieron afectados su intereses o el de los que pagan sus sueldos?.

Seguro es pues que para uno de los últimos articulistas de El Comercio el rico pasado y nuestra herencia historia milenaria constituyen manifestaciones de perros del hortelano. Si es así, pues para qué mencionarlos verdad don Alan?, después de todo ellos no entienden sus seniles descubrimientos de economía de libre mercado a ultranza y que hay que privatizarlo todo, hasta la conciencia crítica, ellos no entenderán –como usted señala sutilmente en sus propuestas- que son los principales causantes del atraso del Perú.

Neguemos la historia parece ser el mensaje y con ella también la memoria colectiva; incluyamos también en el oscuro silencio de la negación de la verdad las lecciones dolorosas de nuestra vida nacional reciente que afectó principalmente a los habitantes del interior de nuestra patria, borremos cualquier referencia a las reservas históricas y con ello también los delitos contra los derechos humanos, esa pareciera ser la consigna.

Lo descrito a nuestro entender, es más serio de lo que podría suponerse y se inserta a la luz de las normas legales que se vienen gestando desde las altas esferas, a esas políticas orientadas a privatizar, desconocer y despojar del derecho que poseen sobre sus tierras las comunidades de larga tradición de nuestra patria. Esto también constituye una postura que sintoniza con lo que pretenden los grupos hegemónicos del planeta de desconocer la existencia de los pueblos originarios existentes en todo el mundo y su derecho a una cultura propia. Una vez más, observando el horizonte, confirmamos que la batalla por un mundo inclusivo, justo, culto y solidario donde trabajemos por el bien colectivo, es más larga y ardua de lo que suponemos.

A no dejar pasar estos sutiles discursos que agreden la inteligencia.

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