por: Jinre.
25.May.2011
"Dime con quién andas y te diré quién eres" , es lo que pudiéramos decir de la candidata Keiko Fujimori . Desde luego, Keiko no es Alberto Fujimori, pero está rodeada de las mismas personas que apoyaron la dictadura de su padre, sin duda alguna, ello no es casualidad. Veamos sólo una parte de su entorno:
Su candidato a primer vicepresidente, Jaime Yoshiyama, fue dos veces ministro de Alberto Fujimori y uno de los que apoyó el régimen que dio el golpe de estado e implementó una política cruel de violación de los derechos humanos, algo de lo cual nunca se ha retractado. Hace pocas semanas, desde la cárcel Vladimiro Montesinos lo mandó callar por su cuenta de facebook diciéndole: "retráctate o me voy a olvidar que he perdido la memoria"; luego de esto, Jaime Yoshiyama no volvió a emitir opinión alguna.
El candidato a la segunda vicepresidencia es Rafael Rey, quien ha cambiado de partido político como su apetito le ha mandado. Se asume cristiano-católico y sin embargo es un defensor de uno de los gobiernos que avaló y financió escuadrones de la muerte como el Grupo Colina; con esta clase de cristianos, el buen Jesucristo debe estar muy preocupado. Conocedores de su hoja de vida, Rafael Rey se ha evidenciado todos estos años como un oportunista y defensor de la primera persona que le ofrezca un trabajo, una "parcelita " o una cuota de poder; todos los peruanos hemos visto cómo Rafael Rey luego de sostener públicamente por muchos años que Alan García Pérez era un delincuente y ladrón, aceptó ser su Ministro de la Producción y luego su Ministro de Defensa.
Pero no solamente son estos personajes los que acompañan a Keiko Fujimori, en su entorno también están las mismas personas que avalaron e hicieron posible uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia, entre ellos, uno de sus estandartes más insensibles: Martha Chávez. Defensora hasta el fanatismo de la dictadura y quien sostuvo en su momento que los estudiantes asesinados de la Cantuta se habían autosecuestrado, cosa que hace poco pretendió negar. En el colmo de lo inimaginable, sostuvo asimismo que la ex-agente de inteligencia Leonor La Rosa, torturada en los sótanos del SIN, se había autoinfringido las torturas de las que había sido víctima; sencillamente, descabellado e increíble.
Adornan el entorno de Keiko: Luz Salgado, Luisa María Cuculiza, Carmen Lozada, Martha Moyano, Martha Hildebrandt, todas ellas postularon al congreso por Fuerza 2011, siendo el cuerpo femenino del fujimorismo a quienes veíamos mofarse de los congresistas de oposición y lucir ademanes indecorosos cada vez que por su mayoría dictatorial aprobaban e imponían absurdas leyes en el Congreso, u otorgaban amnistías a los asesinos de peruanos inocentes.
Los nombrados, son sólo algunas de las personas que rodean a Keiko Fujimori y que nos brindan verdades de cuales son las motivaciones que guían su candidatura. Desde luego, hay muchos más.
Por todo ello, al escuchar o leer opiniones, que a nuestro entender no tienen nada de inocentes e ingenuas, de que Keiko Fujimori no es Alberto Fujimori, o que Keiko Fujimori no tiene ninguna relación con su padre, resulta francamente patético y hasta risible. A la luz de tan sólo estos pequeños ejemplos, sostener que Keiko Fujimori es algo así como una isla o una excepción al interior de la agrupación fujmorista y sin vinculación alguna con el gobierno dictatorial de su padre, linda con una posición que ofende la inteligencia, o sencillamente, constituye un descaro y una viveza reñida con la dignidad y la moral, virtudes estas tan necesarias en una patria como la nuestra.
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